martes, 17 de mayo de 2016

Taller sobre la Laudato si', tercera sesión


Pues eso, que ya nos vamos por la tercera sesión del taller, y seguimos en un grupo de unas 15 personas descubriendo las claves para pensar, vivir y sentir con la Laudato si', la encíclica de Francisco I. En esta ocasión insistimos una vez más en la importancia de conocer el ciclo completo de vida de cada producto que consumimos (hasta su final, cuando se convierte en residuo), y recogimos las líneas maestras de la espiritualidad que el papa nos propone en la encíclica. En primer lugar, y una vez recogidas las impresiones sobre la última reunión, nos pusimos a trabajar sobre el ciclo de los objetos electrónicos, con particular atención al de los teléfonos móviles y a los problemas que se generan para gestionar los residuos que quedan cuando nos deshacemos de ellos. Para ello, vimos el documental El cementerio de las computadoras, y compartimos las sensaciones que nos producía, para reconocer con el papa que
Las predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía. A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad. El ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio ambiente ha superado las posibilidades del planeta, de tal manera que el estilo de vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes, como de hecho ya está ocurriendo periódicamente en diversas regiones. La atenuación de los efectos del actual desequilibrio depende de lo que hagamos ahora mismo, sobre todo si pensamos en la responsabilidad que nos atribuirán los que deberán soportar las peores consecuencias.(LS 161)
Para insistir en la idea del ciclo de vida de las cosas", compartimos también video "La historia de las cosas" (0:00 a 1:50, presentación de la “economía de los materiales”: extracción, producción, distribución, consumo y disposición; 10:15 a 14:38,concepto de “flecha dorada del consumo” y obsolescencia programada/percibida; y 18:02 a 20:35,alegato final de que todo está conectado, apuesta por la vuelta a la austeridad y mensaje de esperanza).Desconocer todo ello nos puede llevar a comportamientos irresponsables de forma inconsciente, pero conocerlo ya no puede sino hacernos plantear la necesidad de responsabilizarnos de lo que hacemos:

Dios pasa por alto esos tiempos de ignorancia, pero ahora anuncia a todos los hombres y en todas partes que se conviertan” (Hch 17, 30)
Con esta conciencia comenzando a consolidarse en nuestro interior, comenzamos nuestra apertura a la espiritualidad de la encíclica mediante un rato de oración contemplativa centrada en la idea de que estamos hechos de los mismos materiales que la Tierra y que el resto de la creación, por lo que nuestra conexión con la realidad es realmente profunda y procede de nuestro mismo ser. Y desde aquí pasamos a descubrir, trabajando en equipo, las claves que se nos proponían de la espiritualidad presente en la Laudato si:
  1. descubrir la espiritualidad como el camino de búsqueda y encuentro hacia el sentido profundo de nuestra vida 
  2. la necesidad de cambio que percibimos en nuestras vidas
  3. nuestra conexión íntima con todo: con Dios, con nosostros mismos, con las demás personas, con la naturaleza en su conjunto
  4. la austeridad, de profunda raigambre cristiana, como camino para reducir el "ruido" en nuestras vidas
Nos dimos cuenta con ello que la ecología no es un hacer, sino más bien un ser que se vive como don agradecido y que nos sitúa de un modo nuevo en la existencia cotidiana. Las actitudes concretas en que esto se pueda expresar serán motivo de la cuarta y última sesión, que ya todos esperamos con impaciencia...

viernes, 6 de mayo de 2016

Segundo encuentro, Taller sobre la Laudato si y el cuidado de la casa común

La materia prima analizada, el algodón
Pues sí, seguimos avanzando, y el pasado 25 de abril tuvimos la segunda reunión del Taller, organizado en la parroquia de Las Rosas. Volvimos a tener a 13 participantes entusiastas, más uno de nueva aparición, que se metieron en las dinámicas y acabaron con la inquietud de comenzar a llevar todo lo dialogado a lo práctico. Pero vayamos por pasos.

Comenzamos la reunión tratando de compartir brevemente la revisión que hicimos de nuestras conexiones, tanto personales como eléctricas, para pasar enseguida a analizar, mediante una especie de juego de pistas cómo conectamos en realidad las cosas. En occidente hemos organizado socialmente gran parte de esa conexión a través del mercado, que utiliza el dinero como forma de intercambio, y el mundo como ámbito geográfico para dicho intercambio. Se ensalza lo positivo de todo esto, y se indica que el mercado gestiona adecuamente los intercambios debido a la igualdad de todos los agentes y a la información compartida por todos. Pero ¿es ésto real?

Quisimos hacernos esta pregunta en torno a un caso concreto, el caso del algodón. Presentamos tres camisetas sencillas, de tres actividades solidarias de nuestro entorno, todas ellas procedentes, según el etiquetado, de Bangla-Desh, aunque sin tener nada que ver unas con otras. Y junto a ellas entregamos, a cada uno de los tres gupos que formamos, un sobre que contenía cuatro preguntas sobre uno de los tres procesos en que dividimos el ciclo del algodón: producción del algodón, fabricación de las prendas y comercialización-consumo de la camiseta. Cada sobre iba acompañado de tres imágenes sugerentes de la realidad de cada fase, aunque no muy explícitas, para poder valorar realmente qué información tenemos de la realidad que existe detrás de cada una de ellas. Una vez los grupos hubieron realizado el trabajo, reconstruimos entre todos el proceso de la camiseta, viendo todas las repercusiones de cada una de las fases de su producción; pudimos comprobar que sabemos mucho más de la fase de comercialización-consumo que de las fases previas. Finalizamos el proceso con un breve video que sintetiza muy bien todo esto, https://www.youtube.com/watch?v=sYI1VRfOmD0

Taller de confección textil en Bangla Desh
Seguidamente, tuvimos un rato de oración para dejarnos calar por las realidades que hay detrás de nuestro consumo, realidades de las que Dios también quiere que nos hagamos conscientes en nuestra vida. Vivimos como lo hacemos gracias a otros, y, muchas veces, gracias al esfuerzo y el sufrimiento de otros. No podemos dejar a estos otros en el olvido, y nuestra vida ha de hacerse también responsable de ese sufrimiento. Pero no todo está perdido: el ser humano tiene capacidad de cambio, y muchas noticias son hoy testigo de que ese cambio es posible, y de que Dios puede hacerlo posible en el corazón de cada uno.

Finalmente, trabajamos sobre dos conceptos básicos de ecología que aparecen en el texto de la Laudato si. Por un lado, el de huella ecológica, que es una forma de hacer visible la repercusión ecológica de nuestro nivel de vida. Nos hicimos conscientes con ello de que nuestro ritmo de vida es ya insostenible, pues superamos (en 1,5 veces) la capacidad de compensación de nuestro planeta, y lo conducimos hacia su agotamiento, sobre todo si pretendemos globalizar el nivel de consumo de los países occidentales, ya que ésto requeriría de más de dos planetas y medio para mantenerse en el tiempo. Por ello, contemplamos también la necesidad del decrecimiento, de la renuncia voluntaria a nuestro elevado nivel de consumo para que otros, que no pueden siquiera satisfacer sus necesidades básicas, logren un suficiente nivel de desarrollo. Es éste un ámbito en que se puede vivir, de verdad, la caridad cristiana.

El símbolo del decrecimiento, un caracol
Y, para comenzar a dar pasos en la dirección correcta, propusimos que cada uno calculara, en estos días, su propia huella ecológica (http://tuhuellaecologica.org/) y se planteara cuál podría ser el primer paso a dar para reducirla. Por ejemplo, comprar productos de Comercio Justo, que ya incluye textiles de buena calidad, ecológicos y con diseños atractivos en nuestro medio.